lunes, 4 de junio de 2012

Boutade



Sabía que no ibas a venir pero te esperaba, por eso dejé entreabierta la puerta de la habitación. Conocías mis gustos y dónde encontrarme. Sólo tuviste que empujar. Cerraste quedamente tras de ti. Se oía el agua cayendo de la ducha. El vaho lo impregnaba todo, lo preveías aún antes de haber llegado.

Entraste al baño. Yo estaba de espaldas, no te vi pero noté tu presencia, seguí enjabonándome. Te quedaste mirando, quieto, casi sin respirar, podía sentir tus ojos clavados en mí e intuí una leve sonrisa dibujada en los labios. Me volví lentamente mientras el agua casi ardiendo corría por mi cuerpo llevándose el jabón. También sonreía.

Quizás te invité a compartir el baño conmigo … o quizás no.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sensual, me encanta