jueves, 11 de octubre de 2012

Llega




Ya está aquí. Ha venido despacio, sin darse importancia, ajeno a las voces que reclamaban su presencia, que le echaban de menos. Ha llegado distraído, sin anunciarse, sin las alharacas a las que tan adeptos son otros compañeros. Él no, prefiere colarse sin llamar, sabe que está de paso, que pronto cogerá sus trastos, sus pinceles y su paleta y marchará a otros lares.

No se puede decir que la fidelidad sea una de sus cualidades. Sí, es cierto que siempre vuelve, que una y otra vez te hará compañía, pero nunca te regalará un amor duradero, ni siquiera sabrás cuánto tiempo permanecerá contigo. Te dejará disfrutar de su dulzura, de su calidez, de su melancolía y cualquier mañana notarás que se ha marchado tal y como llegó, sin avisar.

Su melancolía es alabada por poetas, pintores y sufridores del mal de amores. Y él se deja querer. Le gusta escuchar esas loas casi siempre un poco tristes, esos cantares lánguidos que unos y otras le dedican. Nunca ha tenido envidia a esos otros que van derramando alegría, que se pintan de mil colores y de los que se dice que hacen despertar todos los instintos dormidos, o que abrasan los cuerpos y los corazones.

No, él prefiere el ritmo lento, el cosquilleo de una caricia como una hoja recién caída deslizándose por tu espalda, el crepitar de una chimenea como única banda sonora de una tarde de amor o el crujir de la alfombra roja que forman las hojas caídas de las hayas.

Hoy ha amanecido el día gris, la lluvia juguetona me ha saludado con su monótono borboteo cuando he salido de trabajar y el cielo encapotado se asoma curioso por mi ventana estirándose hasta el sillón en el que una fina manta me arrebuja e intentando saber sobre quien escribo.

Sí, ya está aquí. Ha venido despacio, se ha sentado frente a mí sin quitarse el gabán y me mira en silencio con su media sonrisa diciendo sin palabras que el crepitar del fuego aún tendrá que esperar porque esta tarde él será mi único amante.

Me preparo un té con miel, dejo que Aute me cante a las cuatro y diez desde el Hafa café y me dispongo a dejarme conquistar por él, el esperado, quién sino el otoño que por fin ha llegado.

 


sábado, 11 de agosto de 2012

My house is really creepy




My house is really creepy... I’m sure I have heard some kind of electric sound... a very loud sound... and I am alone in the house...
(Alex) 

Estoy seguro de haberlo oído de nuevo, es ese ruido característico del mosquito pegándose en el matamoscas una tarde de verano, ese sonido eléctrico. Pero no, hace frío, aquí no hay matamoscas, estoy lejos de casa, muy lejos del calor bochornoso, del verano, de las moscas.
Otra vez, ahí está ese rasguear, quedo, continuo. Fuera una inmensa nube ha oscurecido el día en un momento. No dejo de oírlo, ¿quién anda ahí?  No hay respuesta, estoy solo en casa. ¿Solo? Me observan, lo sé, unos ojos se clavan en mi nuca. Un trueno rompe el cielo que se desborda. El ruido de la lluvia golpeando con furia las calles silencia todo lo demás, pero sé que está ahí, esperándome.
El miedo me paraliza, otro trueno lo inunda todo, otra vez ese sonido metálico. No quiero volverme … tengo que volverme … me va a atrapar … tengo que defenderme … correr … huir…. me atrapará. Su aliento en mi espalda. Con el poco valor que aún me queda, casi sin abrir los ojos,  muevo lentamente mi silla giratoria.
Ahí están … estos malditos gatos han vuelto a invadir mi habitación. A veces mi casa me parece realmente aterradora.

martes, 7 de agosto de 2012

Seré





Como la hojas secas
que bailando al son del viento
recorren  la alameda
y forman una alfombra
de ocres y de rojos

para ti.
Como esa melodía que aparece
mientras piensas en nada,
tu mirada perdida
entre el azul del cielo
y aquellas nubes blancas

en la linea del mar.

Como esa lágrima
que se columpia
en la terraza licuada de tus ojos
cuando te inunda la tristeza,
sosegado soñar

pleno de melancolía.

Como el deseo
que colma tus días
y florece en tus noches
y te vuelve cascada
donde fuiste

manso río.

Tu camino,
tu dulce melodía,
el mar salado
que se asoma a tus ojos
el fuego que te encienda

eso seré por ti.


jueves, 12 de julio de 2012

A veces en las noches ...



A veces en las noches hace frío, tanto que se convierte en hielo lo que toco a mi paso. El solo roce de mi pie con las piedras las transforma en escarcha. Y parece que lloran. El hielo me traspasa las venas, se clava en mis entrañas, me desgarra por dentro hasta abrasarme.

A veces en las noches la tristeza envuelve el infinito. Emana de los ríos, de las alcantarillas, del fondo de la calle cortada y corre con lentitud exasperante hasta alcanzarme. Me rodea, me abraza, me aprisiona, me tritura, me ahoga, me atenaza.

A veces, en las noches heladas de un verano cualquiera se enciende una bombilla detrás de una ventana. Aparece la muerte maloliente con su traje de fiesta. Atractiva, moviéndose excitante al bailar una danza macabra. Y el frío de la noche se derrite atado a sus caderas y se quema la tierra, ruge, se resquebraja y de pronto me engulle en su agujero negro.

A veces en la noche desaparece  el frío, se apaga la tristeza y la vida en las profundidades se hace insoportable. Y los muertos sólo quieren morir.

jueves, 28 de junio de 2012

Brazos serpiente




Brazos serpientes
rodean a mi cuerpo
ramas amigas.
 
 
Bocas esperan
besos de chocolate
jugosas flores.
 
 
Mi lengua hambrienta
ávida de saliva
gotas de lluvia.

 
Senos desnudos
rayos de sol eternos
tus manos queman.
  
Piernas de barro
enlazan tus caderas
soplo de vida.
  

Yacer contigo
dos cuerpos que se mezclan
rayo de luna.





viernes, 22 de junio de 2012

Llamado de San Juan




¡Ninfas y faunos, brujos y hechiceras, hombres y mujeres, creyentes y herejes!

 Oíd todos mi llamada, prestad atención a mi requerimiento y disponeos a gozar. Invocad al poderoso dios Sol y a la bella diosa Luna y preparaos para vivir el mayor suceso del año. Estad prestos para dejar atrás los problemas y las tristezas, para quemar los malos recuerdos y correr en pos de los buenos augurios.

Encended hogueras, quemad muebles viejos y penas ajadas. Arrojad al fuego  sinsabores, crisis, primas arriesgadas, los males de ojo, y hasta el mal de amores. Llenadlas de hierbas que preñen el fuego con sus mil aromas, esa hierbabuena, la palma rizada, tomillo, romero, canelita en rama y que el humo espante a los malos espíritus,  pensamientos crueles y demás calaña. Mirad a través de las llamas, estad bien atentos porque el milagro pagano ya va a comenzar. Sí, mirad como el druida agita las llamas, no apartéis la vista ni un instante y sentiréis el fuego divino,  cómo esos aromas  os impregnan todo y os llenará la certeza de que las puertas a nuevos caminos e ilusiones se os abrirán de par en par.

¡Pero dejémonos de sermones! Bailad, bailad y tocad panderetas alrededor del fuego para espantar a las brujas y los diablos, a los duendes malvados y a las mentes perversas. Danzad hasta caer rendidos que hoy la noche es corta, que el astro rey os despertará temprano. Que os encuentre agotados de cansancio y repletos de esperanza y alegría.

Desnudad vuestro cuerpo y vuestra alma y caminad descalzos sobre la hierba impregnada de rocío, sobre la fina arena de la playa o la mullida lana de una alfombra. Y zambullíos en el mar que os espera bravío con sus olas, o en el río sereno, o en la piel y el sudor de la persona amada. Purificad los cuerpos con aguas dulces o saladas, y desprended de ellos toda melancolía y amargura. Dejadlos limpios para que la alegría se agarre a ellos como amorosa lapa.

Tomad bebedizos y realizad conjuros que os aseguren la fertilidad. Fertilidad de vida y de ideas, de prosa y de poesía. Fertilidad de gozos y caricias, de momentos gratos y de magia. Aseguraos que no están caducados, que su validez perdure al menos por un año.

Hasta que el año próximo, de nuevo en estas fechas volváis a oír el llamado de algún loco que se siente poeta sin hacer poesía y os invite de nuevo, bellas ninfas, faunos y mortales a disfrutar de la noche más corta del año, a guiñar el ojo al rey de los astros y a flirtear con su amada la luna que en esta noche loca os dará sus favores y os regalará felicidad, paz y armonía para que os la administréis como mejor os plazca.

Feliz noche del solsticio, y que “la puerta de los hombres” se abra ante todos nosotros para dejarnos ver al otro lado del espejo



jueves, 14 de junio de 2012

Sedoka



Renacimiento

La primavera
¿es el renacimiento
de la vida dormida?

Es el reflejo
que dejan en los míos
tus ojos negros.

Lluvia
Inesperada
¿es la lluvia la vida
que me traes con tu risa?

Es la frescura
de tu risa serena
regalo inesperado.

 Noche
Una gran dama
¿traerá su manto oscuro
lleno de luz y vida?

Bajo su abrazo
volaremos unidos
dos cuerpos abrazados

Amanecer
Cuestión de tiempo
¿Son los amaneceres
preludio de los días?

¡Qué gran mentira!
Amanece en mi alma
Cada vez que te vivo






lunes, 4 de junio de 2012

Partida




Mañana marcharé

Me elevaré dejando atrás
 las copas de los árboles,
el color de las hojas en otoño
el olor a chimenea ardiendo
el sabor de tus besos robados.

Volaré más allá de las nubes
y no me detendrá
la expresión del deseo en la joven ardiente
en el hombre rendido a unas caderas
en la fruta madura de unos senos expertos

Partiré muy temprano
haciéndome invisible
entre la niebla de la madrugada
que oculta amores y pecados
como si los amantes estuviesen malditos.

Seguiré en mi delirio
el cauce de algún río demasiado rebelde,
desbordado.
En los montes de Venus seré Marte
Dios guerrero partido en mil pedazos.

Mañana, con las primeras luces de la aurora
esparciré mi alma por las bifurcaciones
que entrelazan senderos hacia ninguna parte
para que la recojan poetas en barbecho
y griten sus silencios tejidos a deshoras.

Boutade



Sabía que no ibas a venir pero te esperaba, por eso dejé entreabierta la puerta de la habitación. Conocías mis gustos y dónde encontrarme. Sólo tuviste que empujar. Cerraste quedamente tras de ti. Se oía el agua cayendo de la ducha. El vaho lo impregnaba todo, lo preveías aún antes de haber llegado.

Entraste al baño. Yo estaba de espaldas, no te vi pero noté tu presencia, seguí enjabonándome. Te quedaste mirando, quieto, casi sin respirar, podía sentir tus ojos clavados en mí e intuí una leve sonrisa dibujada en los labios. Me volví lentamente mientras el agua casi ardiendo corría por mi cuerpo llevándose el jabón. También sonreía.

Quizás te invité a compartir el baño conmigo … o quizás no.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Palabras

Palabras, ¿qué son las palabras? Pequeños seres inanimados que cobran vida según van escapando en forma de reguero azul, o cuando aparecen como pequeñas perdigonadas cada vez que las teclas del ordenador reciben el impulso de nuestros dedos. Son  letras que vamos juntando para dar forma a sonidos conocidos, inteligibles con los que expresar nuestras ideas, sentimientos, sensaciones.

Pero realmente, ¿necesitan hacerse visibles para cobrar vida, o somos nosotros quienes las necesitamos para vivir? Porque si nos paramos a pensar por un instante la palabra ya habita en nuestra mente; nuestros pensamientos sólo existen a través de las palabras, sin ellas no hay nada puesto que lo que no se puede expresar es como si no  estuviera.

Una palabra es la máxima expresión de ternura cuando se trata de  la primera que oye una madre en boca de su hijo;  vida la que sale de una boca amante;  alegría cuando es ésa que estás deseando oír; tristeza el adiós no buscado; desolación la que nunca hubieses querido escuchar.

Palabras, ¿qué son al fin las palabras? Las dueñas y las hacedoras del mundo, las que dan y quitan paz, las que traen esperanza y desasosiegan. La palabra es el mayor regalo que tenemos, un gran poder en nuestras manos del que somos responsables y que debemos cuidar. Cuántas veces hablamos sin pensar lo que decimos, sin dar importancia a lo que sale de nuestra boca y que quizás para nosotros no la tiene, pero cuidado porque siempre habrá alguien escuchándolas, leyéndolas y lo que es peor (o mejor, vete a saber) interpretándolas.

domingo, 6 de mayo de 2012

Ensoñaciones


En noches como hoy el silencio es infinito, la oscuridad casi absoluta, el pensamiento gris tirando a negro y el mundo se ha parado mientras duerme. Una pinza te agarra levemente el estómago, el sueño se ha olvidado de ser tu compañero y ni siquiera el pensamiento de la proximidad del nuevo día te lleva a meterte en la cama y embutirte entre sábanas calientes.

En noches como hoy la nada te rodea, el abismo se abre por culpa de un examen, te engulle la tristeza de una realidad que no puedes borrar con una risa. La rutina del mañana presentido, del sinsentido de tu hacer diario, la pobreza de tu esfuerzo frente a la apisonadora de la fuerza bruta te hace preguntarte cómo mirarás a sus ojos, seguirás animando, alegrando sus horas más complejas en este mes de mayo. En noches como ésta sientes la soledad más absoluta, ni siquiera la nada te acompaña. Estás sola, sin monstruos a los que enfrentarte, vencida y desarmada, no te queda alegría, la ilusión se fue de botellón y te ha dicho que no la esperes despierta.

Las noches como éstas escasean, gracias doy a los dioses, mas cuando llegan nunca me encuentran preparada. Ni siquiera la hoja de papel se muestra amiga, opone resistencia a ser pintarrajeada con pobres palabras inconexas. El silencio se vuelve el más insoportable de los ruidos tal vez porque deja escuchar el vacío del alma.

Mas no hay que preocuparse, las noches como estas siempre acaban. Sólo hay que ser paciente y esperar a que amanezca, y no poner la radio, no dejar que tus dedos te lleven a buscar el periódico, huir de casa para cruzar la carretera y unirte a la riada de chavales y dejarte llevar y subir escaleras entre carreras, voces y energía increíble a horas tan tempranas. Y plantarte expectante frente a ellos, preguntar por su puente y ver como la vida fluye de sus ojos atentos traspasando los tuyos y llegando a tu alma. Y entonces la nada ya se esfuma, el sol lo llena todo y te calienta, enciende tus motores, acelera tu marcha hasta olvidarte que hubo noches como esas en que la peor pesadilla te perseguía, te convertías en rehén de la soledad acompañada.

lunes, 16 de abril de 2012

Fin


Escribió un mensaje, tomó elpaquete con sus pocas pertenencias cerró la puerta sigilosamente y salió de lacasa una mañana muy temprano, nunca le habían gustado las despedidas. Nisiquiera volvió la mirada mientras se perdía por el sendero. Intentó sentir elcorazón roto, destrozado por la soledad que se avecinaba o el vacío quesentiría a partir de ahora al llegar a otra casa y él no estuviera.


Tal vez fuera el cansancio o ladesidia que poco a poco, casi sin notarlo se fue instalando entre ellos y transformóen rutina el antiguo deseo. Quizás los excesos del amor una vez infinito, lapasión desbordada sin medida a lo largo de los años y que acabó apagándosegastada hasta agotarse. No sabía la razón, sólo ocurrió, el pozo estaba seco y ya no paseaban de la mano en losatardeceres mientras se comían a besos en cualquier callejón oscuro en ciudadesreales o inventadas. Ni se perdían en libros compartidos en un sofá al calor dela lumbre. Compraron dos sillones, y cada uno tenía su lugar en el espaciososalón, y las llamas ya no crepitaban.

Sólo el hastío terminó habitandolos espacios comunes, las conversaciones huecas, los mecánicos encuentros en ellecho, perfectos pero fríos. Incluso en esas fotografías hechas en el veranolas sonrisas tan falsas como la felicidad que compartían suplantaban a lasrisas que antes fueron alegría y ahora sólo caricaturas.

Se fue una mañana muy temprano,pensaba que aún dormía. Desde mi despacho, mi mirada la acompañó hasta que su silueta desapareció. Luego cerré la ventana y bajé al salón tanto tiempocompartido. El silencio, el mismo que nos había envuelto los últimos inviernosme acompañó mientras me senté a leer en el cómodo sillón al lado de la chimeneaque ya no calentaba. Escuché como tantas otras veces la música sin oírla, y misojos, sin querer se posaron en aquella fotografía de una pareja abrazada sobreun puente, pero ni siquiera rodó una lágrima.

domingo, 25 de marzo de 2012

Declaración de intenciones


Estoy cansada

Cansada de vivir una vida completamente anodina.
Cansada de que los mejores momentos del día tengan que ver con el trabajo.
Cansada de vivir entre personas que parecen tapias en las que las ideas, las voces chocan y rebotan pero no penetran.
Cansada de vivir entre sordos funcionales.
Cansada de hablar, de escribir, de contar sin obtener respuesta.
Cansada de personas que se dejan llevar y ni siquiera sobreviven sino que vegetan en sus relaciones.
Cansada de los que de un modo u otro se quedan porque es más fácil que marcharse.
Cansada de ilusionarme cada mañana y desilusionarme a la caída de la tarde.
Cansada de quijotear.
Cansada de decir.

Creo que lo mejor será que me quede muda.

miércoles, 21 de marzo de 2012

¿Qué es la poesía?


21 de marzo, Día Mundial de la Poesía. ¿Qué es la poesía? Podríamos dar muchas definiciones, por ejemplo yo podría decir que la poesía es ...

Una fruta madura licuándose en tu boca,
la lágrima salada que acaricia tu mejilla,
la tinta poseyendo al papel
en un acto de amor salvaje
y repleto de ternura.

El agua que se funde con el fuego
en un baile macabro y excitante,
tu cuerpo desnudo con sabor a mar
la roca convirtiéndose en arena
tu piel, su piel, sentir, gozar

Eso es la poesía.



Pero también, hoy más que nunca, la poesía es lo que ya hace muchos años decía Celaya en boca de Serrat, "la poesía es un arma cargada de futuro". Usémosla.

sábado, 3 de marzo de 2012

Soy



Soy
Tierra que el tiempo resquebraja
renacida con las lluvias de otoño.
Sendero inacabado, inacabable
cambiante día a día.
sequoya inabarcable
nido de alguna nueva vida.
Quimera inalcanzable
y pordiosera de ternura.

Soy

El duende burlón
que escapa de los libros
saltando entre las hojas
y aparece en los sueños.
La madona del cuadro,
La mujer confiada
que desprecia con furia
la mentira.

Soy

Ojos que beben de otros ojos,
manos que amasan vida.
Cuerpo que tiembla
y se torna arcilla
entre unos dedos.
Versos engalanados
en la voz de un poeta,
o prosa enardecida.

Soy en fin
tan solo una mujer
atrapando la vida.

martes, 28 de febrero de 2012

Si quisieras quererme ...


Si quisieras quererme …
(J. Sabina)


Y si tú quieres que te escriba un verso
te regalo un poema cada noche
una caricia que llegue hasta tu cama
y junte tus palmas con las mías
y que así nos despierte la mañana.

Y si quieres grabaré a sangre y fuego
las fechas señaladas
o pediré perdón por el olvido
febrero tras febrero
pero estaré a tu lado en la distancia
o pegada a los pliegues de tu cuerpo

Si lo deseas finge ser cualquier cosa
el caballero sabio,
no sé si más por diablo que por viejo
por viejo que por diablo.
O el hombre que yo invento
mientras sueño despierta
el sabor de tus besos en invierno
la mezcla del cianuro y del deseo
y abrazos regalados o robados
atizando pasiones e impaciencia
rodando por el suelo
a la orilla de alguna chimenea
allá, en cualquier estepa.

Si buscas a alguien que te trate mal
no soy yo a quién esperas
porque de mi sólo puedes esperar
nunca desesperar
la vida que despierta en primavera
y el calor ardoroso del verano.

Sin permisos, ni pólizas, ni leyes
sin miedos ni objeciones
mientras desabotono tu camisa
volveré a susurrarte en el oído
siempre serás mi amigo
mientras tus manos
desabrochan mis botones.

domingo, 26 de febrero de 2012

Tal vez


Del mañana la esperanza de una luz nueva
la que titila, temblando como un recién nacido
sin saber cómo caminará.

Del hoy lo que la vida me regala
o lo que yo imagino, ¿acaso importa?
los rumores de sensaciones nuevas, repetidas
reales o fruto de mi pensamiento.

¿Y qué si la noche me envuelve en su negrura?
¿Si la incertidumbre se hace fuerte?
No, no dejaré que ocurra
Prefiero el pasar lento de las horas,
la incertidumbre que acompaña a mis días
y no me hago preguntas,
sólo vivo.

Y quién sabe qué nos deparará mañana
tal vez una risa continua,
una flor que se pierde en el cielo
mecida por el viento
o quizás una espina.

Tal vez mañana
si es que el mañana existe,
un día más abocado a ese paso de las horas
y quién sabe, un hoy al que aferrarse
sin querer lo que quiero
sin pretender más allá del regalo
que la vida depare.

Sin embargo
qué difícil un mañana sin sueños
un hoy sin armonía,
sin tal vez, sin quizás

Que difícil soñar sin esperanzas
y que bellos presagios inconscientes
o puede que anhelados.
Porque sí, tal vez sea mañana
el momento perfecto
que dice que estoy viva.

domingo, 19 de febrero de 2012

Yo no quiero


...yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.

(Joaquín Sabina)


Yo no quiero días determinados
en que vengas y muestres tus amores
escondido tras un ramo de flores
o trayendo poemas bien rimados.

Yo no quiero caballeros andantes
que por amor rasguen sus vestiduras
y se pongan corazas de amargura
o me muestren sus yelmos más brillantes.

Sólo quiero ardor precipitado
galopando al compás de mis caderas
sintiéndote caballo desbocado

Y morir enredada entre tus piernas
y matarte acoplado a mi cintura
provocando que estallen mil galernas.

viernes, 10 de febrero de 2012

El Puente


Muchas veces se ha dicho que la vida es un viaje, un caminar con un rumbo fijo en el que se pueden tomar muchas carreteras secundarias. Yo prefiero ver esto del vivir como un conjunto de viajes, diversos tanto en modo como en número, todo depende de las ganas de aventura del viajero.

Todos disfrutamos de un viaje iniciático, ése que nos lleva por la senda de los descubrimientos, de las primeras veces, el primer amor, el primer desengaño, el primer trabajo, el primer placer sexual primero solitario y después compartido. Es en esos momentos cuando empezamos a coger las riendas de la vida, aunque sea de una forma insegura, inmadura y muchas veces irresponsable. Generalmente es un momento del viaje que se vive pero no se disfruta, marcado por emociones fuertes, por la furia de la juventud recién nacida pero sin darnos cuenta de ello realmente.

A partir de esa iniciación seguiremos navegando con más o menos fortuna, entre olas de marejadas o lánguidos recodos en el río de la vida. Aprenderemos a patronear nuestro barco para que se mantenga a flote contra viento y marea, y en la mayoría de las ocasiones nos conformaremos con hacerlo avanzar en aguas mansas, lentamente, atracándolo en algún puerto que nos parezca a salvo de los huracanes y de las tormentas, sin darnos cuenta que terminamos instalándonos en una calma chicha. Entonces dejaremos de ser marineros y nos convertiremos en náufragos de tierra adentro, acostumbrándonos a su estabilidad, a los árboles bajo los que protegerte cuando se levanta una ventisca o a una cálida guarida en los días de temporal. Y el tiempo irá pasando, lento pero imparable, y empezarán a aparecer las arrugas, quizás de tanto forzar los ojos para buscar, sin darnos cuenta, ese mar inquieto que aún olemos allá a lo lejos. Y pensaremos que es hermoso encarar la bravura de las olas en la cubierta de un barco, sintiendo el salitre en la cara y el calor del sol en la piel.

Y cualquier noche sin luna la vida nos da una segunda oportunidad, y nos tiende un puente. Un puente largo, interminable, robusto. Y notamos que cruza el río de nuestra existencia aunque nuestros ojos no alcancen a ver el final. Y noche tras noche, mañana tras mañana nos asomamos a él, y damos algunos pasos pero cada vez parece más y más largo y creemos que nos faltarán las fuerzas para alcanzar el final, o que el esfuerzo no valdrá la pena. Y quizás nos de miedo la convicción de que una vez que lleguemos al otro lado tendremos que quemar nuestras naves y el paso, ahora tan recio desaparecerá de nuestra vista. Y nos acercamos al río día tras día, y vemos sus islas, y mojamos los pies en su orilla noche tras noche cuando la luna nos ilumina, y volvemos a escondernos en nuestro bienestar fabricado de rutina, de indiferencia, de hastío.

Y en las noches sin luna, cuando pensamos que nadie nos ve volvemos a asomarnos al borde del puente, y sentimos la corriente del río que va hacia ese mar que llevamos tanto tiempo añorando. Y a veces la vida nos sorprende y otro náufrago también instalado en la seguridad de la tierra se para con nosotros para asomarse a disfrutar de la brisa, y comentamos el frescor que trae el agua, y lo deliciosa que es la noche, y lo bonito que sería sentir el movimiento del barco de nuevo bajo nuestros pies. Y sin darnos cuenta comenzamos a hablar y a hablar de los barcos y de las noches de tormenta y los días en los que el sol nos acariciaba en alta mar, y de la emoción de dirigir la nave de la vida, y del deseo incontenible de alcanzar las crestas de las olas. Y de repente vemos que hemos empezado a cruzar el inmenso puente, tímidamente, sin llegar demasiado lejos y asustados volvemos al origen. Pero ya es irremediable, el veneno viajero ha calado en nosotros. Habrá más noches sin luna en las que aproximarnos al puente y dar cortos paseos, y volveremos a encontrarnos al náufrago que quien sabe si nos está esperando para atreverse a recorrer en compañía ese camino desconocido. Y después vendrán las noches de luna nueva, cuando el camino se adivine allá a lo lejos y poco a poco, sin pensarlo, sin proponérnoslo sigamos avanzando envueltos en una charla amable, reflejando no tus ojos o tus pensamientos en los suyos sino ambos en el agua. Y ya no querrás mas que cruzar el puente, sin prisa, tomándote todo el tiempo necesario para recorrer la larga senda que te hará vislumbrar el final de esa tierra firme, que te conducirá a esa aventura compartida de volver a zarpar. Y tal vez tengas suerte y te atrevas a andar ese camino hasta dar el último paso que te lleve a dejar la seguridad tediosa que te envuelve desde hace tanto tiempo y surcar el mar de inseguridades que representan todas las aventuras. Y ya no será otro viaje iniciático sino una singladura que vivirás en todo su apogeo, que gozarás y sufrirás, que adorarás y odiarás, que en definitiva te hará sentir viva.

Y quizás seas de esas personas afortunadas a las que un náufrago tuvo la paciencia de aguardar al comienzo del puente y han hecho juntos ese camino de final incierto, y subido a bordo de un frágil velero que intentarán llevar a buen puerto pero sólo para recalar el tiempo justo para abastecerse y seguir bogando, sin rumbo fijo, sólo gozando de lo que la travesía les ofrezca, por que ambos saben que la vida es la que marca el derrotero de este viaje y a los marineros sólo les queda aprovechar los vientos favorables para no naufragar.

domingo, 29 de enero de 2012

Esos locos que enseñan


Esto no es mío, circula por internet pero no podía dejar de hacer este homenaje en los tiempos que corren.


Esos locos que enseñan. Yo los conozco. Los he visto muchas veces. Son raros. Algunos salen temprano por la mañana y están en el colegio una hora antes,otros salen del colegio una hora más tarde porque tienen entrevistas con los padres que trabajan y no pueden acudir a otra hora, otros recorren todos los días más de 50Km de ida y otros tantos de vuelta. Llueva o truene llegan al trabajo. Están locos.
En verano les dan vacaciones, pero no se desconectan del todo, piensan en sus clases, preparan tareas para el semestre siguiente. En invierno hablan mucho, siempre llevan caramelos de miel y limón en los bolsillos, otros con una botella de agua a su lado. Su garganta siempre está dolorida, pero siguen enseñando, siempre fuerzan su voz, pero siguen transmitiendo sus conocimientos con cariño e ilusión.
Yo los he visto, no están bien de la cabeza. Salen de excursión con sus alumnos y se encargan de gestionar autorizaciones, recoger el dinero, en otras palabras, asumir responsabilidades extra.

Qué será de ellos y ellas. Por la noche sueñan con el colegio, se les aparecen planetas, ecosistemas y personajes históricos. He escuchado que llegan cargados con cuadernillos y exámenes, que han corregido la tarde anterior en su casa.
Son mujeres y hombres, casados, solteros,...de diferentes edades, pero a todos les apasiona su trabajo, ver crecer a sus alumnos, ayudarlos y conseguir de ellos ciudadanos competentes.

Los he visto muchas veces. Están mal de la cabeza. Algunos dicen de ellos que viven muy bien, pero les han recortado el sueldo y siguen trabajando incluso más que antes, algunos no miran ni su nómina porque su pasión por la enseñanza los hace ciegos a pensar en el cobro. Disfrutan con lo que hacen, aunque haya padres que no los valoren, les critiquen e incluso les quiten autoridad, (a veces hasta les agreden), pero ellos siguen hacia adelante.

Están mal; por las tardes se quedan para hacer cursos de formación y no les importa perder tiempo de su ocio para reciclarse.

Dicen que son autocríticos y que hacen balance de sus experiencias educativas, que se frustran cuando no salen las cosas como esperaban, que se alegran cuando sus alumnos avanzan.

Están mal de la cabeza, yo los he visto. Dicen de algunos que fueron muy importantes, que siempre tienen palabras de aliento; dicen sólo que son MAESTROS y que se sienten MUY ORGULLOSOS DE SERLO.

sábado, 28 de enero de 2012

Claro de luna



Oscuridad perpetua, negrura, desaliento. Las noticias recorren el espacio, el tiempo sin dejar un resquicio al optimismo. Las almas visten luto cubiertas por la desesperanza. Ya ni los cielos lloran, se secaron sus lágrimas y llegó la sequía que sólo deja sembrar muerte e inmundicia. Los niños no comen ni los mocos en el cuerno de África. Algún juez es juzgado por querer aclarar los crímenes de guerra (y de postguerra). En Grecia encontramos carteles de “se vende” colgados en sus ruinas, los pobres son más pobres, los ricos son más ricos. Mordazas enmudecen todas las libertades o los gritos para recuperarlas. Ya todo está perdido.

Y de pronto a lo lejos, sin poder descifrar cuál es su procedencia se escucha la melodía serena de un piano. Poco a poco la luna parece despertarse, desperezarse con ojos asombrados para buscar a ese hombre que planta cara a la desesperanza retando al cruel destino que parece esperarnos. Allí está solitario enfrentándose al mundo a través de sus dedos que acarician las teclas y desgranan sonidos que conforman la esperanza / melodía que hará que de nuevo amanezca en la Tierra, en nuestras almas.

martes, 17 de enero de 2012

Predicción meteorológica


Sentados a la mesa,
frente al televisor rey de la casa
escuchan la predicción del tiempo,
ese espacio que divide el día.
La tarde y la mañana
unidas por ese nexo absurdo
que es el hombre del tiempo.

¿Y qué es lo predice?

Que el tiempo está revuelto,
el cambio climático
se va haciendo notar.
Y el anticiclón
del mes de enero
hace que el hielo llegue
para instalarse
entre los engranajes
de este reloj mal engrasado
transformando las tardes
en carámbanos sin alma.

Y la nieve cae lenta,
y su blanca tristeza,
removida
con la cucharilla del café
se cuela entre los huesos
entre los huesos
de sus almas,
sólo a la espera
de que el tan cacareado
cambio climático
traiga la primavera
para que gota a gota
se produzca el deshielo
en ese temporal
que los congela.

sábado, 14 de enero de 2012

Sin contacto


Hazme volar,
préstame tus palabras transformadas en alas
y sin pausa llévame hasta tu cielo,
atrápame en tu suelo.
Condúceme a través del tiempo, del espacio,
Entrelazando además de tus piernas con las mías
tus noches con mis días
tu verano y mi invierno.

Recórreme, libando tu deseo
con cada una de tus letras,
cada uno de mis versos transformados
en dedos que acaricien
en manos que se pierden por tu cuerpo
lejano , tan cercano
presente, imaginado en cada línea

Dirígeme, atravesando mares,
trapidar hacia el abismo de tus ojos
para después posarme lento
en la placidez de tu mañana,
en el sol tibio de mi ocaso
entre tus brazos.

martes, 10 de enero de 2012

También a veces


A veces me apetece hablar bajito, ir haciéndome cada vez más pequeña hasta ocupar sólo el espacio que tus manos abarcan y dejarme mecer en ellas hasta dormir.

A veces quisiera no ser mas que el punto de luz que regala una luciérnaga revoloteando a tu alrededor, observando el mundo a través de tus ojos, prendándome de tu sonrisa y olvidarme de que soy un ser independiente, que no vivo por ti.

A veces me gustaría ser una explosión de fuegos de artificios, repartir la alegría que me sobra, atrapar los paisajes cotidianos para que nunca puedan desdibujarse y compartir la luz que convierte en puro brillo la luna nueva.

A veces me miro en el espejo y veo al gato risón acompañando a Alicia al otro lado, y no quiero quitarme el vestido de rayas que me arropa mientras llega el invierno.

A veces me gustaría parecerme a esa crisálida que encuentro en la mañana acurrucada en una hoja de hiedra trepadora en un jardín, o una gota de lluvia resbalando perezosa por el cristal dormido en esta noche.

A veces, muchas veces, me tumbaría en la hierba de un prado sólo mirando al cielo sin importarme si es el sol o las nubes quien me hace compañía y daría en silencio mil gracias a la vida.


Por si te asomas.