Lenta, lombriz muda, arrastrándose
milímetro a milímetro, camino interminable. Mutismo, inmensidad vacía, luz
angustiosa que quema sus ojos, denso silencio. Sube la niebla, anega sus
pulmones, no opone resistencia, inhala el putrefacto vaho que la envenena,
cierra los ojos ciegos. Tarde de domingo.
domingo, 15 de septiembre de 2013
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