martes, 10 de enero de 2012

También a veces


A veces me apetece hablar bajito, ir haciéndome cada vez más pequeña hasta ocupar sólo el espacio que tus manos abarcan y dejarme mecer en ellas hasta dormir.

A veces quisiera no ser mas que el punto de luz que regala una luciérnaga revoloteando a tu alrededor, observando el mundo a través de tus ojos, prendándome de tu sonrisa y olvidarme de que soy un ser independiente, que no vivo por ti.

A veces me gustaría ser una explosión de fuegos de artificios, repartir la alegría que me sobra, atrapar los paisajes cotidianos para que nunca puedan desdibujarse y compartir la luz que convierte en puro brillo la luna nueva.

A veces me miro en el espejo y veo al gato risón acompañando a Alicia al otro lado, y no quiero quitarme el vestido de rayas que me arropa mientras llega el invierno.

A veces me gustaría parecerme a esa crisálida que encuentro en la mañana acurrucada en una hoja de hiedra trepadora en un jardín, o una gota de lluvia resbalando perezosa por el cristal dormido en esta noche.

A veces, muchas veces, me tumbaría en la hierba de un prado sólo mirando al cielo sin importarme si es el sol o las nubes quien me hace compañía y daría en silencio mil gracias a la vida.


Por si te asomas.

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