domingo, 15 de septiembre de 2013

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Lenta, lombriz muda, arrastrándose milímetro a milímetro, camino interminable. Mutismo, inmensidad vacía, luz angustiosa que quema sus ojos, denso silencio. Sube la niebla, anega sus pulmones, no opone resistencia, inhala el putrefacto vaho que la envenena, cierra los ojos ciegos. Tarde de domingo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta

Gato en la noche oscura dijo...

Y si amanece por fin
y el sol incendia el capo de los coches
baja las persianas;
de ti depende y de mí
que entre los dos siga siendo ayer noche
hoy por la mañana.